Carlos Toraño - Cameroon 1916 - Robusto

Este tabaco lo adquirí como parte de un paquete de Toraño, en el que este era el 2do mejor. En total eran 5 tabacos y me costó $45, por lo que cada tabaco estaba alrededor de los $9, lo cual es bastante caro, lo admito. Sin embargo he probado ya este y el Exodus 1959, los cuales ambos han estado muy buenos, así que tampoco me siento estafado.



El Toraño 1916 Cameroon fue creado para conmemorar la entrada de la familia Toraño al mercado de los tabacos, y viene con una capa de Camerún (obviamente) que ha sido añejada y preparada durante varios años, es bastante rugosa y rústica, brillante y rellena de una combinación interesante de tabacos hondureños. El hecho que viene envuelta en su propio encendedor le añadió un buen toque, aunque el mismo se mantiene cerrado con una cinta plástica que no es fácil de quitar y compromete mucho el sabor a la hora de encenderlo.



En frío tiene un aroma dulce y achocolatado con toques de pimienta que me llamaron mucho la atención y me invitaron a encenderlo lo antes posible. A la primera calada, una sensación fuerte y profunda de tierra mojada y chocolate oscuro, muy denso y rico. Es un poco duro de calar, pero la cantidad de humo que produce es muy decente para lo que me costó sacarlo y un final de tabaco profundo.



A los 15 minutos se mantienen los sabores del inicio, profundizando ese toque achocolatado de tierra (sé que suena raro, pero quizá alguien con un paladar mejor entrenado pueda especificarlo mejor). La única diferencia aquí es la adición de una dulzura muy particular de tabaco y una sensación más aceitosa, sobre todo en los labios.



Me cuesta conseguir un lugar donde haya una buena iluminación para las fotos nocturnas, por lo que verán distintas tomas con mejor y peor luz. Afortunadamente los sabores se sienten densos y húmedos, no del tipo que se te meten a la garganta, sino que se quedan en la boca. Hay un cierto aroma maderoso, que creo que se debe a la manga de cedro en que venía envuelto, pero puede incluso ser el mismo tabaco, pero es tan leve que no me atrevo a asegurar el origen.



Sigue estando un poco más apretado de lo que estoy acostumbrado y me encuentro dándole más caladas de las habituales, lo cual me lo está calentando un poco, pero la quemada es uniforme y eso me hacer el esfuerzo de fumarlo más lento. Lo he apretado un poco para ver si es un problema del tabaco, pero seguramente es algo del empacado y será así hasta el final, pero nada que me moleste demasiado, y así me voy aproximando a la hora de fumada con un poco menos de la mitad por fumar.



En este punto los aromas de madera son más obvios y ya no se trata del envoltorio, el aroma de tierra mojada sigue presente, pero ya no es dominante como antes. La textura es cremosa, pero el sabor no lo es (espero explicarme bien), se siente un poco la madera hacia el final de la calada y definitivamente en la expulsión del humo, sobre todo si lo hago por la nariz. La ceniza se mantiene firme y por amor a mi camisa tiendo a tratar de romperla y a veces me toma varios intentos, pero su color y firmeza se mantienen.



Hacia el final no hubo muchos más cambios. La tierra mojada y la madera dominaron hacia este punto, pero yo me distraje y no tomé más fotos. Estaba al teléfono y al final estaba fumando por fumar. No es el tipo de tabaco que uno llamaría cremoso y fluido, pero tampoco tiene grandes sabores fuertes. Salvo las ocasiones que mencioné, no hay mucho en términos de dulzura o de cacao o de nueces, o de cualquier otro ingrediente de los tabacos nicaragüenses, sino un aroma que no se aventura mucho a ser mejor de lo que es, y así está perfecto. La cubierta de cedro le añadió un toque adicional, pero nada trascendental.

 

Gracias Diego por tus notas y fotos de fumada....
Dos consultas....
La capa Camerùn no tiñò de metal la fumada?
Y dos...
La tripa de este tabaco es hondureña o nicaragüense?
Gracias!

 

Hola Pablo Javier, gracias por los comentarios, aquí te respondo:

Para nada. El toque metálico no estuvo en absoluto presente. No sé si es por la funda de cedro, pero los toques de madera fueron los más presentes que pude sentir desde la capa. No he fumado muchos tabacos con capa de Camerún, pero sí te puedo decir que el sabor de este difería un poco del sabor tradicional de las de Camerún.

El capote es nicaragüense, mientras que la tripa es de Honduras y de Nicaragua.